las escuelas rurales

sufren entre otras cosas  el alejamiento de las ciudades, de las rutas principales, de servicios básicos y necesarios como la luz, el agua potable, dispensarios, transporte, alumbrado público, asfalto, etc., etc., etc.;  Llegar a ellas por caminos de tierra, (kilómetros y kilómetros campo adentro, de la ruta más cercana, o en otros casos rutas desoladas  y de repente un cartel avisando que hay una escuela cerca, y entre árboles, flameando nuestra bandera y la pequeña escuela allí en el medio de la nada),  se puede pensar como utópico, pero estamos absolutamente seguros que con voluntad, predisposición y vocación de servicio se logra entrar a ese mundo de pocos niños y una o dos maestras.

La experiencia que venimos cosechando desde el año 2002 en distintas escuelas rurales nos acredita él poder decir que  es maravilloso lo que se vive luego de una función de títeres, la energía, el agradecimiento, la entrega ingenua de las sonrisas de los niños, las docentes y los padres que siempre se acercan es lo que nos hace sentir que vale la pena seguir luchando por que cada año podamos volver. La problemática de la violencia exagerada, la droga y las armas no es habitual para ellos, solo algo  lejano que se cuenta de la ciudad.  Sus dificultades entre otros, tienen que ver con que cuando terminan el primario solo un 10 % de los niños  sigue sus estudios, los factores son múltiples, la mayoría son pobres, se mudan las familias de un lugar a otro por trabajo,  las escuelas secundarias están alejadas de la comuna a la que pertenecen, los costos altísimos, y un sin número de cuestiones que influyen para que los niños a muy temprana edad estén trabajando en aserraderos, juntando soja, o haciendo otros tipos de trabajos en el campo. La falta de incentivos culturales, escasez de materiales y libros, y los graves problemas económicos, hacen de esto una realidad dura. Nuestro interés al llegar a estas escuelas es no solo mostrarles espectáculos de títeres, sino además, abrir el abanico de posibilidades creativas que ellos tienen y que pueden explotar. Construir títeres, escribir cuentos que luego pueden transformarse en obras para contar, entender que sus manos y su mente pueden hacer mucho más de lo que se imaginan,  como una manera de que sepan que hay otras alternativas para experimentar. Acrecentar su bagaje cultural, hacer volar su imaginación, encontrar otras maneras de comunicarse y transformarse y transformar lo que los rodea.  A demás  intentamos con estas propuestas,  promover diversas formas de integración grupal y social, haciendo hincapié en el dialogo, el aceptar las diferencias, la diversidad y rescatar valores como el respeto, la solidaridad, la alegría de vivir.

Los padres de estos niños, nunca vieron títeres, y para nosotros es verdaderamente importante que ellos compartan esas experiencias con sus hijos, ya que son los que pueden promover, mediar y exigir, eventos culturales para la comunidad, si no saben de qué se trata  jamás entenderán para que pueda servirles. Es por esto que seguiremos sumando obras de títeres para adultos y público en general en horarios extra escolares. De esta forma la familia tendrá injerencia en la construcción de estos nuevos andamiajes culturales. Como servidores públicos estamos convencidos que esta es nuestra manera de contribuir a la sociedad. Igualmente desde la segunda edición del festival, se incorporó a las escuelas secundarias, para que los adolescentes también tengan la posibilidad de vivenciar estas experiencias. Las respuestas obtenidas son muy satisfactorias, avalando que fue muy atinado abrir ese nuevo espacio.

 Por todas estas cuestiones antes mencionadas, tampoco hay una infraestructura edilicia y técnica para llevar a cabo proyectos de este tipo, ya que aunque algunas municipalidades cuentan con salas de la sociedad española, o italiana, como así también cines, no están preparados técnicamente para este tipo de eventos, y el resto de los lugares solo tiene grandes SUM, (salones de usos múltiples) o en su defecto las escuelas,  que cuentan con sectores específicos para realizar eventos, pero desprovistos de todo. Creemos que la sistematización del festival año a año servirá también entre otras cosas para revertir estos problemas, ya que se podrá pensar en exigir a quien competa, la construcción de lugares apropiados para eventos culturales, para que las personas que habitan cada comunidad puedan apreciar buenos espectáculos en toda su magnitud.

Hemos logrado desde la organización  del festival encontrarnos con distintos representantes de la cultura de estos lugares y mancomunadamente aunar criterios para lograr redes de acción, para que el FITINCa siga creciendo año a año y para ir mejorando los espacios donde se realizan las funciones.